Título original: The Dark Tower IV. Wizard and Glass
Autor: Stephen King
Traducción: María Antonia Menini
Libro: 4/7
Formato: Tapa blanda sin solapas
Páginas: 928
Género: Fantasía
Autor: Stephen King
Traducción: María Antonia Menini
Libro: 4/7
Formato: Tapa blanda sin solapas
Páginas: 928
Género: Fantasía
Sinopsis: *Spoilers* Roland y el ka-tet han conseguido escapar de la ciudad de Lud a bordo de Blaine, el tren enloquecido. Vencen a este último en un concurso de adivinanzas y siguen su camino hacia la Torre Oscura. Roland ahora cuenta su historia, un relato trágico de traición y destierro: la historia de cómo se convirtió en pistolero solitario, sin hogar, entregado a una búsqueda quizá imposible. Pero lo que fundamentalmente narra Roland es su historia con Susan Delgado, su primer amor y probablemente el único verdadero de su vida, y de las maniobras para separarlos. Y es que Roland era demasiado joven para defenderse de las fuerzas naturales y sobrenaturales que conspiraban contra él.
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⦔Mi Opinión⦓
*Spoilers sobre libros anteriores*
No me decido sobre cómo abordar este libro, porque son dos historias muy desequilibradas.
Verán, Roland nos cuenta su historia. El problema es que eso ocurre a mitad de ¿la parte del presente?, que se retoma cuando Roland acaba de narrar su juventud. Un flashback. Uno enorme, de la mitad del libro, si no es que más. Y no quiero mezclar las partes, pero tampoco quiero tratarlas como si no estuvieran relacionadas. Pff. Como el flashback acabó teniendo más peso, comenzaré con la historia del viaje hacia La Torre.
Mago y Cristal comienza justo donde terminó Las tierras baldías, y por tanto veremos cómo solucionaron nuestros héroes su problema de adivinanzas. Francamente fue increíble que me enganchara tanto un problema "tan simple", estaba que me comía las puntas de los dedos porque no veía cómo iban a sobrevivir. Y luego se aborda un aspecto de la decadencia del mundo que es muy interesante; pero es entonces cuando Roland comienza su historia, y después de eso me costó muchísimo volver a interesarme en la lectura.
Por lo tanto, Roland, Jake, Susannah, Eddie y Acho tienen un papel que se sintió pequeño. Al grado de que me fui con la impresión de que estos personajes se quedaron guardaditos, a pesar de que Eddie crece en complejidad y Susannah tiene un problema que me interesa muchísimo.
Pasemos al flashback. Como ya mencioné, no me interesaba nada saber qué diablos había hecho Roland a los catorce porque fue un cambio muy brusco. Y eso que estaba preparada, porque ya sabía que este libro iba a bordar esa historia y ya había ojeado los capítulos (lo primero que hago con estos libros es ver los dibujos).
Pff...de nuevo. Hay cosas buenas, y hay cosas malas. Acabemos con las malas lo más pronto posible, para irnos todos de esta reseña con un buen sabor de boca.
El maldito romance. Honestamente, es lo que menos me gustó. No porque me de roña el romance (que a veces soy así), no porque acabara siendo innecesario, no porque se sintiera falso. Lo que pasa es que es, de hecho, un enamoramiento muy natural entre dos crías de 14 años. Pero narrado por un señor marcado por las tragedias de su vida. Osea que va, básicamente, de dos niños con la cola caliente. Pero te lo cuentan como uno de esos encuentros del destino (que sí, muérete ka), que por fuerza del mismo destino tendría que ser profundo. Pero no. Sólo fue relevante, y trágico. Dicho esto, esa ¿dualidad? en mi corazón respecto al gran amor de Roland es disfrutable; porque vamos, resume muy bien nuestra experiencia en el mundo real, donde no hay escritores con objetivos. Igual odiaba leerlos.
Otra cosa mala, la peor: el timing. Ya lo dije, pero es muy importante porque lo considero un problema de la trama, no un problema personal hacia un aspecto de la historia que me aburrió o que no me gustó. Literalmente se sientan en la fogata a escuchar a Roland, luego de llegar a un lugar super interesante, en un momento TAN CARDÍACO, y con tantas cosas que quería que pasaran. Y la historia que nos cuenta tiene un ritmo completamente diferente; empezamos desde cero, con unos chicos viajando a caballo hacia un pueblito tranquilo, luego de que se metieran en problemas. No es que la infancia de Roland no tuviera un trasfondo interesante, rico en complejidad y con mucho potencial. Lo malo es que se sintió como ir corriendo y tropezar.
Y pues eso es básicamente lo que menos me gustó del libro. Lo que sí me gustó es más, de ahí que tuviera una buena nota de huellitas.
Primero, sí me interesaba el pasado de Roland, del que King nos había soltado migajas en libros anteriores. Aunque no tanto por él, si no porque habla de sucesos que cambiaron el mundo de los que no sabemos nada. Y es en este relato donde por fin nos cuentan cómo inició Roland su viaje hacia La Torre, y por qué es tan importante para él. Esa es una respuesta que no esperaba, pero que hizo que valiera la pena haber leído Mago y Cristal, y que pone en perspectiva muchas cosas que pasaron en libros anteriores.
Otra cosa buena fue que al fin conocimos a Alain y a Cuthbert, y como niños, aún llenos de principios y esperanzas. Y aquí aprovecho para hablar un poco de los personajes del pasado de Roland, aunque son muchos y sólo escogí a mis favoritos.
Rhea, la bruja maldita de Cöos. Ella es la bruja del pueblo, y la verdad es que no aspira a gran cosa, puesto que se dedica a tontear y molestar a la gente, básicamente. Pero en este libro sienta unas bases inesperadamente sólidas en la historia de Roland, y descubrir todos los aspectos en los que influyó en él fue increíble, muy increíblemente perturbador. El otro villano del cuento es Eldred Jonas, un señor que al principio parece un simple criminal, muy del viejo oeste. Y le pasó lo mismo que a Rhea, porque a Stephen King le gusta que sus villanos tengan un pelín de tópico tapando todas sus malas intenciones.
Con "los buenos" del pasado me pasó algo curioso, y es que Roland adulto me encanta y Susan llamaba mucho mi atención...hasta que aparecieron. No sé por qué en el flashback me estresaban tanto, era de que abrían la boca o lo que sea y mi reacción era apurar la lectura para no seguir sufriéndolos. Pero los personajes secundarios SON AMOR.
Alain y Cuthbert son unos protagonistas juveniles increíbles, y Sheemie tiene mi corazón por siempre. Pero siento que hablar de por qué los adoré son spoilers, así que lo dejaré en que Sheemie es ese personaje inesperadamente tierno/importante y que espero volver a saber de él.
Verán, Roland nos cuenta su historia. El problema es que eso ocurre a mitad de ¿la parte del presente?, que se retoma cuando Roland acaba de narrar su juventud. Un flashback. Uno enorme, de la mitad del libro, si no es que más. Y no quiero mezclar las partes, pero tampoco quiero tratarlas como si no estuvieran relacionadas. Pff. Como el flashback acabó teniendo más peso, comenzaré con la historia del viaje hacia La Torre.
Mago y Cristal comienza justo donde terminó Las tierras baldías, y por tanto veremos cómo solucionaron nuestros héroes su problema de adivinanzas. Francamente fue increíble que me enganchara tanto un problema "tan simple", estaba que me comía las puntas de los dedos porque no veía cómo iban a sobrevivir. Y luego se aborda un aspecto de la decadencia del mundo que es muy interesante; pero es entonces cuando Roland comienza su historia, y después de eso me costó muchísimo volver a interesarme en la lectura.
Por lo tanto, Roland, Jake, Susannah, Eddie y Acho tienen un papel que se sintió pequeño. Al grado de que me fui con la impresión de que estos personajes se quedaron guardaditos, a pesar de que Eddie crece en complejidad y Susannah tiene un problema que me interesa muchísimo.
Se dibujaba un rostro en la luna, pero no era un rostro que desearan mirar los amantes. Parecía el semblante descarnado de un cráneo, como los que se apilaban en el Hotel de Viajeros de Candleton; un rostro que miraba, con el regocijo de un lunático, a los pocos seres que aún vivían y bregaban abajo. En Gilead, antes de que el mundo se hubiese movido, a la luna llena de Fin de Año se la denominada "Luna del Demonio", y se creía que mirarla directamente daba mala suerte.
Pero ahora tal creencia no importaba. Ahora había demonios por todas partes.
Pero ahora tal creencia no importaba. Ahora había demonios por todas partes.
Pasemos al flashback. Como ya mencioné, no me interesaba nada saber qué diablos había hecho Roland a los catorce porque fue un cambio muy brusco. Y eso que estaba preparada, porque ya sabía que este libro iba a bordar esa historia y ya había ojeado los capítulos (lo primero que hago con estos libros es ver los dibujos).
Pff...de nuevo. Hay cosas buenas, y hay cosas malas. Acabemos con las malas lo más pronto posible, para irnos todos de esta reseña con un buen sabor de boca.
El maldito romance. Honestamente, es lo que menos me gustó. No porque me de roña el romance (que a veces soy así), no porque acabara siendo innecesario, no porque se sintiera falso. Lo que pasa es que es, de hecho, un enamoramiento muy natural entre dos crías de 14 años. Pero narrado por un señor marcado por las tragedias de su vida. Osea que va, básicamente, de dos niños con la cola caliente. Pero te lo cuentan como uno de esos encuentros del destino (que sí, muérete ka), que por fuerza del mismo destino tendría que ser profundo. Pero no. Sólo fue relevante, y trágico. Dicho esto, esa ¿dualidad? en mi corazón respecto al gran amor de Roland es disfrutable; porque vamos, resume muy bien nuestra experiencia en el mundo real, donde no hay escritores con objetivos. Igual odiaba leerlos.
Otra cosa mala, la peor: el timing. Ya lo dije, pero es muy importante porque lo considero un problema de la trama, no un problema personal hacia un aspecto de la historia que me aburrió o que no me gustó. Literalmente se sientan en la fogata a escuchar a Roland, luego de llegar a un lugar super interesante, en un momento TAN CARDÍACO, y con tantas cosas que quería que pasaran. Y la historia que nos cuenta tiene un ritmo completamente diferente; empezamos desde cero, con unos chicos viajando a caballo hacia un pueblito tranquilo, luego de que se metieran en problemas. No es que la infancia de Roland no tuviera un trasfondo interesante, rico en complejidad y con mucho potencial. Lo malo es que se sintió como ir corriendo y tropezar.
-Te estás moviendo-observó Susannah, y miró a Roland con tal expresión de lástima que el pistolero solo pudo sostenerle la mirada durante un par de segundos; era como si la preocupación de ella le quemara-. Como todo lo demás aquí.
Y pues eso es básicamente lo que menos me gustó del libro. Lo que sí me gustó es más, de ahí que tuviera una buena nota de huellitas.
Primero, sí me interesaba el pasado de Roland, del que King nos había soltado migajas en libros anteriores. Aunque no tanto por él, si no porque habla de sucesos que cambiaron el mundo de los que no sabemos nada. Y es en este relato donde por fin nos cuentan cómo inició Roland su viaje hacia La Torre, y por qué es tan importante para él. Esa es una respuesta que no esperaba, pero que hizo que valiera la pena haber leído Mago y Cristal, y que pone en perspectiva muchas cosas que pasaron en libros anteriores.
Otra cosa buena fue que al fin conocimos a Alain y a Cuthbert, y como niños, aún llenos de principios y esperanzas. Y aquí aprovecho para hablar un poco de los personajes del pasado de Roland, aunque son muchos y sólo escogí a mis favoritos.
Normalmente uno no esperaba que una chica tan guapa pudiera ser inteligente; en general, las chicas guapas no tenían que ser inteligentes. Que Bert supiera, lo único que tenían que hacer las chicas guapas era despertarse por la mañana.
Rhea, la bruja maldita de Cöos. Ella es la bruja del pueblo, y la verdad es que no aspira a gran cosa, puesto que se dedica a tontear y molestar a la gente, básicamente. Pero en este libro sienta unas bases inesperadamente sólidas en la historia de Roland, y descubrir todos los aspectos en los que influyó en él fue increíble, muy increíblemente perturbador. El otro villano del cuento es Eldred Jonas, un señor que al principio parece un simple criminal, muy del viejo oeste. Y le pasó lo mismo que a Rhea, porque a Stephen King le gusta que sus villanos tengan un pelín de tópico tapando todas sus malas intenciones.
Con "los buenos" del pasado me pasó algo curioso, y es que Roland adulto me encanta y Susan llamaba mucho mi atención...hasta que aparecieron. No sé por qué en el flashback me estresaban tanto, era de que abrían la boca o lo que sea y mi reacción era apurar la lectura para no seguir sufriéndolos. Pero los personajes secundarios SON AMOR.
Alain y Cuthbert son unos protagonistas juveniles increíbles, y Sheemie tiene mi corazón por siempre. Pero siento que hablar de por qué los adoré son spoilers, así que lo dejaré en que Sheemie es ese personaje inesperadamente tierno/importante y que espero volver a saber de él.
En resumen, me costó mucho leer Mago y Cristal. Pero una vez superado el tedio, la verdad es que la historia es muy interesante, en el sentido de que aclara muchos misterios que se fueron dejando abiertos en los libros anteriores. Aún así, es muy extraño encontrar un libro así (una especie de paréntesis) como el cuarto de una saga.
Y ustedes, ¿se desaniman cuando un libro se sale de la trama principal?
⊱Angie⊰
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