Autor: Brandon Sanderson
Traducción: Rafael Marín Trechera
Libro: Autoconclusivo
Formato: Tapa blanda con solapas
Páginas: 648
Género: Ficción, Fantasía
Sinopsis: La ciudad de Elantris, poderosa y bella capital de Arelon, había sido llamada la "ciudad de los dioses". Antaño famosa sede de inmortales, un lugar repleto de poderosa magia, Elantris ha caído en desgracia. Ahora sólo acoge a los nuevos "muertos en vida", postrados en una insufrible "no-vida" tras una misteriosa y terrible Transformación.
Un matrimonio de estado destinado a unir los dos reinos de Arelon y Teod se frustra, ya que el novio, Raoden, el príncipe de Arelon, sufre inesperadamente la Transformación y se convierte en un "muerto en vida" obligado a refugiarse en Elantris. Su reciente esposa, la princesa Sarene de Teod, creyéndole muerto, se ve obligada a incorporarse a la vida de Arelon y su nueva capital Kae, a la que aporta un nuevo elemento: la novedad y, tal vez, el caos.
Mientras, el embajador y alto sacerdote de otro reino vecino, Fjordell, va a usar su todopoderosa religión y su habilidad política como manipulador de seres humanos para intentar dominar los dos reinos de Arelon y Teod, con el propósito de someterlos a su emperador y su dios.
Elantris es amena, llena de sorpresas y centrada en personajes que interesan al lector. Una sorprendente bocanada de aire fresco, una rara novedad de la mejor fantasía épica con una historia completa y magistralmente satisfactoria en un único volumen.
Un matrimonio de estado destinado a unir los dos reinos de Arelon y Teod se frustra, ya que el novio, Raoden, el príncipe de Arelon, sufre inesperadamente la Transformación y se convierte en un "muerto en vida" obligado a refugiarse en Elantris. Su reciente esposa, la princesa Sarene de Teod, creyéndole muerto, se ve obligada a incorporarse a la vida de Arelon y su nueva capital Kae, a la que aporta un nuevo elemento: la novedad y, tal vez, el caos.
Mientras, el embajador y alto sacerdote de otro reino vecino, Fjordell, va a usar su todopoderosa religión y su habilidad política como manipulador de seres humanos para intentar dominar los dos reinos de Arelon y Teod, con el propósito de someterlos a su emperador y su dios.
Elantris es amena, llena de sorpresas y centrada en personajes que interesan al lector. Una sorprendente bocanada de aire fresco, una rara novedad de la mejor fantasía épica con una historia completa y magistralmente satisfactoria en un único volumen.
No creo que sea necesario recalcar que amo a Brandon Sanderson. Dicho eso, también amo Elantris. Absolutamente todo, aunque puede ser un factor que no hace ni 10 minutos que terminé de leerlo. Pero dudo que cambie de opinión, cada detalle que viene a mi mente apunta en una dirección: es perfecto.
No voy a volver a esperar menos que una historia redonda de cualquier novela auto-conclusiva que caiga en mis manos de ahora en adelante. Lo peor es que el final de Elantris no es definitivo. Quedan cabos sueltos, es ridículamente obvio que las cosas no se han terminado en ese mundo. Pero la historia sí (?) No sé cómo explicarlo. Creo que algo así ha pasado un par de veces en mi vida y aún no estoy segura de por qué pasa. Simplemente quedas satisfecho y quieres bailar de la emoción porque no hay nada mejor que una historia bien llevada.
Elantris es una de esas historias. No es un libro exactamente pequeño, pero es uno de esos casos en los que tiene el número justo de páginas. Las necesarias para darte una buena descripción del mundo, los personajes y las situaciones, pero no demasiadas para que sea excesivo. No puedo creer que hubo una época en la que la gente ignoraba a Brandon mientras promocionaba su novela.
¿Ya notaron que estoy loca por él? Me uniré a Patrick Rothfuss en su golpe de estado para comerse el hígado de Brandon Sanderson.
Ahora que ya saqué un poco la emoción de mi sistema pasaré a hablar del libro en sí.
Los personajes. Elantris está narrado básicamente desde tres puntos de vista: el de Raoden, el de Sarene y el de Hrathen. En la primera parte del libro se dividen de forma que cada capítulo corresponde a uno de ellos y narran de manera cíclica. Más adelante se mezclan un poco, habiendo dos o más narradores en un capítulo y a veces intervienen los otros personajes.
Raonden es el príncipe heredero de Arelon, país en el que se centra la atención de la historia. Lo único que puedo decir de él es que encarna al monarca perfecto: es empático, dedicado, nunca se rinde y sobre todo lo demás, busca el bienestar de su pueblo. Sarene es la princesa de Teoden. Ella es para mí un personaje conflictivo, porque también es uno de esos "personajes perfectos y que lo saben", ella sabe que es una política habilidosa y secretamente se regodea en ello. Y Hrathen es un gyorn del Shu-Dereth. Fue el personaje que más giros dio durante la novela, pero básicamente es una especie de cardenal de una religión militarizada. No sé cómo más describir al Shu-Dereth.
Fuera de ellos hay una abundante cantidad de personajes, todos tan bien escritos que sería injusto sólo mencionar sus nombres. Tienen su lugar en la historia, son profundos y es absolutamente innecesario que cuando participan se mencionen sus nombres, son individuos reconocibles.
Respecto a la trama. Partimos de la idea de que Elantris -la ciudad- ha caído en desgracia y en su lugar surgió Kae como capital del reino de Arelon, gobernada por Iadon, un mercader que en la confusión que siguió a la caída de Elantris se hizo con el poder y organizó un gobierno monárquico. Ese levantamiento sucedió diez años antes de los sucesos de la novela y durante ella se vive un precario equilibrio de poder, porque el sistema de castas se basa en la riqueza. Sarene viaja a Arelon a casarse con Raoden, porque su matrimonio uniría a ambos países en contra de los derethis. Mientras que Hrathen hace el mismo viaje para asegurarse de que Arelon se convierta a su religión.
Y a todo esto, en este mundo hay varias religiones -duh-. Dos son las protagonistas de esta historia: el Shu-Dereth y el Shu-Korath, ambas tienen el mismo origen pero el conflicto surge de una diferencia de interpretación. Osea que están peleadas a muerte. El Shu-Dereth es una de esas religiones en las que a te conviertes o te mueres, está respaldada por un reino -Fjorden- y además de que tienen un nuevo líder que es más agresivo de lo recomendable para nadie. En cambio el Shu-Korath predica amor.
Con esto y un millón de ingredientes más nos adentramos en la vida de Arelon. Lo que puedo decir en general es que sigue el "mismo patrón" de los otros libros que he leído del autor, en el sentido de que las cosas comienzan con relativa calma; en los primeros capítulos nos dedicamos a comprender el contexto en el que nos encontramos y a medida que avanza las cosas se van calentando, pero de modo que el golpe del clímax llegue con toda la inercia de la historia del mundo. De un momento a otro te das cuenta de que todo está a punto de derrumbarse, el peso de los acontecimientos hace que los hilos de la trama converjan y al final no sabes ni de dónde salen todas las sorpresas.
No puedo explicarlo mejor.
En seis palabras: necesitan este libro en sus vidas.
No voy a volver a esperar menos que una historia redonda de cualquier novela auto-conclusiva que caiga en mis manos de ahora en adelante. Lo peor es que el final de Elantris no es definitivo. Quedan cabos sueltos, es ridículamente obvio que las cosas no se han terminado en ese mundo. Pero la historia sí (?) No sé cómo explicarlo. Creo que algo así ha pasado un par de veces en mi vida y aún no estoy segura de por qué pasa. Simplemente quedas satisfecho y quieres bailar de la emoción porque no hay nada mejor que una historia bien llevada.
Elantris es una de esas historias. No es un libro exactamente pequeño, pero es uno de esos casos en los que tiene el número justo de páginas. Las necesarias para darte una buena descripción del mundo, los personajes y las situaciones, pero no demasiadas para que sea excesivo. No puedo creer que hubo una época en la que la gente ignoraba a Brandon mientras promocionaba su novela.
¿Ya notaron que estoy loca por él? Me uniré a Patrick Rothfuss en su golpe de estado para comerse el hígado de Brandon Sanderson.
Ahora que ya saqué un poco la emoción de mi sistema pasaré a hablar del libro en sí.
Los personajes. Elantris está narrado básicamente desde tres puntos de vista: el de Raoden, el de Sarene y el de Hrathen. En la primera parte del libro se dividen de forma que cada capítulo corresponde a uno de ellos y narran de manera cíclica. Más adelante se mezclan un poco, habiendo dos o más narradores en un capítulo y a veces intervienen los otros personajes.
Raonden es el príncipe heredero de Arelon, país en el que se centra la atención de la historia. Lo único que puedo decir de él es que encarna al monarca perfecto: es empático, dedicado, nunca se rinde y sobre todo lo demás, busca el bienestar de su pueblo. Sarene es la princesa de Teoden. Ella es para mí un personaje conflictivo, porque también es uno de esos "personajes perfectos y que lo saben", ella sabe que es una política habilidosa y secretamente se regodea en ello. Y Hrathen es un gyorn del Shu-Dereth. Fue el personaje que más giros dio durante la novela, pero básicamente es una especie de cardenal de una religión militarizada. No sé cómo más describir al Shu-Dereth.
Fuera de ellos hay una abundante cantidad de personajes, todos tan bien escritos que sería injusto sólo mencionar sus nombres. Tienen su lugar en la historia, son profundos y es absolutamente innecesario que cuando participan se mencionen sus nombres, son individuos reconocibles.
Respecto a la trama. Partimos de la idea de que Elantris -la ciudad- ha caído en desgracia y en su lugar surgió Kae como capital del reino de Arelon, gobernada por Iadon, un mercader que en la confusión que siguió a la caída de Elantris se hizo con el poder y organizó un gobierno monárquico. Ese levantamiento sucedió diez años antes de los sucesos de la novela y durante ella se vive un precario equilibrio de poder, porque el sistema de castas se basa en la riqueza. Sarene viaja a Arelon a casarse con Raoden, porque su matrimonio uniría a ambos países en contra de los derethis. Mientras que Hrathen hace el mismo viaje para asegurarse de que Arelon se convierta a su religión.
Y a todo esto, en este mundo hay varias religiones -duh-. Dos son las protagonistas de esta historia: el Shu-Dereth y el Shu-Korath, ambas tienen el mismo origen pero el conflicto surge de una diferencia de interpretación. Osea que están peleadas a muerte. El Shu-Dereth es una de esas religiones en las que a te conviertes o te mueres, está respaldada por un reino -Fjorden- y además de que tienen un nuevo líder que es más agresivo de lo recomendable para nadie. En cambio el Shu-Korath predica amor.
Con esto y un millón de ingredientes más nos adentramos en la vida de Arelon. Lo que puedo decir en general es que sigue el "mismo patrón" de los otros libros que he leído del autor, en el sentido de que las cosas comienzan con relativa calma; en los primeros capítulos nos dedicamos a comprender el contexto en el que nos encontramos y a medida que avanza las cosas se van calentando, pero de modo que el golpe del clímax llegue con toda la inercia de la historia del mundo. De un momento a otro te das cuenta de que todo está a punto de derrumbarse, el peso de los acontecimientos hace que los hilos de la trama converjan y al final no sabes ni de dónde salen todas las sorpresas.
No puedo explicarlo mejor.
En seis palabras: necesitan este libro en sus vidas.
Angie
Hey, no le conocía, no me llama pero muchas gracias por hacer la reseña, besos :3
ResponderBorrar¡Hola!
BorrarSi algún día tienes antojo de una novela de fantasía, este libro sería perfecto.
Nos leemos :D
¡Hola por allí!
ResponderBorrarMe encanta el género fantástico y tengo este libro en mi lista de pendientes, pero gracias a tu reseña lo voy a poner más arriba en la lista ;)
¡Hola!
BorrarLa verdad es que yo lo adoré. Más porque hasta que lo compré creía que estaba totalmente agotado en mi país y que iba a tener que pedirlo a EUA, luego descubrí que quedaban dos ejemplares en mi ciudad y corrí a comprarlo. Espero que te guste tanto como a mi~
Nos leemos :D