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viernes, 21 de agosto de 2015

Reseña de: {Matar un ruiseñor II} - Ve y pon un centinela

Título original: Go Set a Watchman
Autor: Harper Lee
Traducción: Belmonte traductores
Género: Ficción, Histórica


SinopsisMaycomb, Alabama. A sus veintiséis años, Jean Louise Finch - "Scout" - vuelve a casa desde la ciudad de Nueva York para visitar a su anciano padre, Atticus. En el contexto de las tensiones por los derechos civiles y de los disturbios políticos que estaban transformando el Sur, el regreso de Jean Louise a casa se torna agridulce cuando descubre verdades perturbadoras acerca de su querida y unida familia, de la ciudad y de las personas que más quiere. Los recuerdos de infancia invaden y ve cuestionados sus valores y fundamentos. Con muchos de los personajes más sobresalientes de Matar un ruiseñor, Ve y pon un centinela capta a la perfección la situación de una joven y un mundo inmersos en una transición dolorosa para dejar atrás las ilusiones del pasado, un viaje que únicamente puede ser guiado por la propia conciencia.

Escrito a mediados de los años cincuenta, Ve y pon un centinela nos ayuda a entender y apreciar mejor a Harper Lee. Esta es una inolvidable novela de sabiduría, humanidad, pasión, humor y espontánea precisión, una obra de arte hondamente emotiva que evoca de una forma maravillosa otra época sin perder su plena relevancia para nuestros tiempos.

No solo confirma la inmarchitable genialidad de Matar un ruiseñor, sino que representa además un complemento esencial que añade profundidad, contexto y nuevo significado al clásico estadounidense.
Dando click en la portada pueden ver la reseña de Matar un ruiseñor del blog.
Quiero empezar adorando el aspecto físico del libro. Obviamente los editores piensan en atraer público cuando sale un libro, por eso- y aunque sea un pecado- uno puede "juzgar" un libro por su portada. Depende del género y de la editorial, a veces también de los autores, porque hay ocasiones en que trabajan con ilustradores. El caso con Go Set a Watchman es que no necesitaba más publicidad, Matar un ruiseñor es un hito en la literatura y que a estas alturas de la vida de Harper Lee "reaparezca" el primer manuscrito que presentó a sus editores atrajo toda la atención posible. En ese sentido me encanta el diseño minimalista de los libros, porque obviamente hay una edición del primer libro que combina con la "secuela". No necesitas dibujos brillantes para que se vea, el Harper Lee gigante es más que suficiente.
Como sea, me voy por las ramas porque me encanta escribirles. El punto es que son unos colores preciosos, luce sobrio y coqueto. Un arbolito y un tren a lo lejos, lo dicen todo. No siempre las portadas dan esa sensación, hay muchos libros que optan por ser un ataque a los sentidos o por llenar las portadas. Supongo que es más trabajo y menos ganancia, pero la textura de la cubierta suele ser muy plástica y todo está simplemente impreso. Este libro tiene una textura perfecta para el diseño de la portada, además de tener detalles en forma de relieves y de textura diferente. ¿No les encanta tocar sus libros cuando son así?
Lo único malo es que es fácil mancharlo con la grasa de los dedos, punto a favor de las cubiertas "plásticas" y se me maltrató un poco de las orillas por traerlo en la mochila.
¿Qué más podría decir como introducción? Se supone que todo el mundo conoce a la autora, pero yo misma leí su libro hace unos meses.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Reseña de: (Matar un ruiseñor I) – Matar un Ruiseñor



Título original: To Kill a Mockingbird
Autor: Harper Lee
Traducción: Baldomero Porta
Género: Ficción, Drama, Histórica

Sinopsis: Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama, cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca. Novela de iniciación, Matar un ruiseñor muestra una comunidad, la del sur de Estados Unidos durante la década de 1930, dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales; así como a un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color.
Con esta primera y única novela, la estadounidense Harper Lee ganó el premio Pulitzer en 1961. En 1962, el director Robert Mulligan la llevó a la pantalla en una inolvidable película que obtuvo dos Oscares: al mejor guión (Horton Foote) y al mejor intérprete masculino (Gregory Peck).


Habrá una “secuela” a este libro y acabo de descubrirlo, se llamará Go Set a Watchman, ¿o mejor dicho se llama?, porque lleva escrito como 60 años y encontraron el manuscrito el año pasado. La fecha de publicación esperada es el 14 de julio y dicen que lo dejarán tal cual lo escribió Harper Lee originalmente, así que a esperar con ansias.

Pero bueno, la reseña es sobre Matar un ruiseñor y como siempre no tengo mucho que decir. Empezaré con los personajes, no sólo porque es mi costumbre sino porque además fue lo que más me gustó de la novela.

Como dice la sinopsis, está narrado por Scout y trata sobre su vida antes, durante y después del juicio de su padre, así que es por medio de una niña de nueve años que conocemos a los demás: Jem, su hermano mayor; Atticus, su papá; Dill, su mejor amigo/prometido infantil; Calpurnia, su nana negra; y al montón de vecinos de Maycomb. 
Lo bueno de esto es que la narración es muy sencilla e inocente, a la vez que “seria” porque se supone que está narrando las cosas tiempo después de que ocurrieron. 
Lo malo es que no hay una descripción profunda de los hechos y los personajes.

Por ejemplo Atticus, en mi opinión el personaje principal, no pasa en todo el libro de ser el papá ligeramente distante y permisivo, que se las ingenia como puede para criar a sus hijos equilibradamente a pesar de su indecisión. Y el juicio de Tom Robinson, el eje sobre el que giró todo, fue como si le hubiera saltado por encima. Sí cuenta todo lo que se dijo y la forma en que reaccionaron todos, pero sin ser un impacto como tal en la vida de Scout. 
Por eso digo que fue bueno y malo que una niña sea la narradora, tiene sentido que fuera así porque lo que importa a un niño son sus amigos y su familia, no los juicios de su papá, y en ese sentido es congruente, pero el hecho principal de la historia se vio reducido a una cosa más.

Con eso paso a la trama, que es el atractivo principal de esta novela. Matar un ruiseñor es un clásico porque trata sobre un tema muy peliagudo aún en la actualidad: la discriminación racial. Concretamente, la discriminación hacia la “población de color” americana de los años treinta, puesta en evidencia con la acusación de violación de la muchacha blanca Mayella Ewell al señor negro Tom Robinson. 
Supongo que todo el mundo sabe qué pasa en el libro, pero igual lo omitiré porque yo acabo de leerlo. El caso es que no es lo único de lo que habla Scout, hay ejemplos de toda clase de prejuicios a lo largo del libro. Mi favorito es el de Arthur “Boo” Radley, un joven (?) que no sale de su casa y sobre el que circulan chismes ridículos, a los que obviamente los niños prestaron atención y dedicaron un par de sus veranos a jugar con la idea. Y es que en un pueblito como Maycomb no era normal que alguien no quisiera pasar el rato con sus vecinos, naturalmente que iban a generarse chismes sobre alguien que se salía de las costumbres.

En fin, es una novela importante porque expone de manera sencilla la clase de pensamiento que era normal en la década de 1930 y que se supone que una sociedad moderna evita. Y en lo personal me pareció tierna por la inocencia con que Scout concilia el mundo que experimenta con lo que Atticus intenta inculcarle.


En resumen, Matar un ruiseñor es en mi opinión un libro simple, con una narración afable sobre temas difíciles de expresar con calma. Y sus personajes, aunque poco profundos, son francos y Harper Lee no trató de maquillar ninguno de los aspectos que tienen las personas.